Todos los vinos, incluidos los tintos, se deben enfriar si no se encuentran a su temperatura de consumo.
La frase: “los vinos se deben beber a temperatura ambiente” es uno de los males que ha perseguido al vino y que más daño ha hecho al vino y a su elaborador. Esto ha supuesto beber el vino muy por encima de su temperatura aconsejable. Esa diferencia de temperatura es beber un vino distinto ya que incide en su aroma, su sabor y su tacto.
Para enfriar los vinos, si no se tiene un armario climatizado, el método más aconsejable es el de la cubitera con hielo y agua, ya que el agua con hielos es un buen conductor del frío.